Una carta dirigida a la Corte Constitucional: Ricardo López Solano
- Ricardo López Solano
- 3 dic 2024
- 4 Min. de lectura

*Tomado de una carta dirigida a la Corte Constitucional en el proceso de participación ciudadana
Estimados señores
Yo, RICARDO LOPEZ SOLANO, Ingeniero Civil y especialista en Salud Ocupacional, radicado en Cartagena, Bolívar desde diciembre de 1981, a donde fui trasladado desde Barrancabermeja, donde me encontraba laborando con la empresa italiana Technipetrol en un ensanche de la Refinería de Barrancabermeja, Unidad de Balance. Una vez que se terminó este ensanche, me dieron a escoger entre Pereira o Cartagena, en donde en esta última ciudad, se iba a llevar a cabo un ensanche de esta refinería. Y escogí a Cartagena por su feria taurina, por ese entonces, una de las más importantes, sino es que era la más importante de Colombia.
Pero entrando en materia, en Cartagena, que además de ser la cuna del toreo en Colombia, que ha sido una ciudad taurina por excelencia, empecé a sentirme en el ambiente, que desde siendo un niño, había soñado, los toros. Ya radicado en esta histórica ciudad, me inmiscuí en este fabuloso mundo, en el que no solo he vivido experiencias inolvidables, sino que he sido una persona que ha aportado su granito de arena en esta compleja actividad.
Con prontitud empecé a colaborar en muchos medios radiales y escritos a nivel nacional e internacional, lo que desahogó, en buena medida, una pasión inconclusa por muchos años por no dárseme un ambiente apropiado en estas lides. Es así como empecé a escribir ensayos investigativos y reseñas de las corridas de toros en medios como El Diario del Caribe y El Heraldo de Barranquilla, en El Universal y La Verdad de Cartagena, en la Revista Olé! de Cartagena, en El Mundo de Los Toros de Palma de Mayorca, y en portales como Alberotoro y Asotauro de Colombia y Desdelcallejón de España. Así como también ensayos investigativos en El Tiempo y El Espectador.
Y en cuanto a la radio, los comentarios de las corridas de toros las realizaba en diferentes medios radiales como RCN, Colmundo y Emisora Fuentes, donde acompañé a narradores de talla nacional e internacional como a Hernando Espinosa, a Alberto Lopera ‘Loperita’, Julián Parra y Rodolfo Martínez ‘Romár’, de Colombia. También hice comentarios con los españoles Federico Sánchez Aguilar, director de Radio Nacional de España Y con José Luis Carabias, crítico taurino de la revista valenciana Aplausos.
Por otro lado, este servidor fue el que dio la idea, idea que me reconoció el doctor Mariano F. Zumel, presidente de las Federaciones Internacionales Taurinas, y presidente de honor de la Federación Nacional taurina de España, informándome por escrito de que fue acogida mi idea de realizar una corrida para recoger fondos para los damnificados de la tragedia de Armero. Escrito en el que hizo la observación, que el dinero que se recogiera, se colocó el cartel de “No hay billetes”, sería en su totalidad enviado para los damnificados de Armero.
En cuanto a reconocimientos, entre otros, el crítico taurino español, José Antonio del Moral, uno de los más respetados en el mundo taurino, además de colgar en su portal uno de mis ensayos que me publicaron en el portal Desdelcallejón, “El porqué de las cornadas que sufrió el diestro de Galapagar en Madrid”, reconoció que mi ensayo “no tenía desperdicios y que dejaba las cosas claras”.
Cuento todo esto como antesala, del mazazo, hablando en términos españoles, que recibí, no solo este servidor sino todos los amantes del mundo de los toros, los que lo disfrutamos y los que lo ejercemos, cuando los representantes de la Cámara aprobaron el decreto de la abolición de las corridas de toros en Colombia.
Y es que no es para menos, en mi caso personal, que desde 1982, desde cuando, de lleno, me involucré en las actividades taurinas en jornadas exigentes y agotadoras, cumpliendo, a la par, con compromisos con la radio y con la prensa, no se llegan a imaginar la afectación que he sufrido en mi estado emocional, en mi caso, al igual que nuestros cofrades, especie, como lo somos todos, animales sintientes que razonamos, no tiene parangón. Daño emocional, en el que, en infinidad de veces, además de las amenazas de la prohibición, este daño no sólo ha sido verbal sino físico. Y todo desde cuando la marejada prohibicionista, con tintes anglosajones, nos han querido imponer un formato ajeno al nuestro, cuyas raíces, en toda la extensión de la palabra, son netamente hispanas. Un contrasentido total.
También vale la pena acotar, que no sólo yo, sino la mayoría de los aficionados, pertenecemos a asociaciones y grupos taurinos como peñas. Yo hago parte de la Peña Taurina El Clarín, y también hago parte de agrupaciones digitales como “Cartagena Taurina y del Caribe”, donde soy uno de los tres administradores. También hago parte del grupo “Toros de Cali” y “Nueva Lidia” donde en su portal escribo ensayos. Y en donde he observado, que el daño emocional de todos los integrantes ha sido brutal.
Pero mi afectación no solo ha sido en lo emocional y en lo psicológico, sino en lo económico. Ya que en las temporadas taurinas y en el programa taurino semanal, del que hacía parte los sábados en Emisora Fuentes de Cartagena, recibía ingresos que eran importantes. Ingresos que los ha afectado la prohibición.
Para no alargar más este escrito, les pido a los dignatarios de la Corte Constitucional, sensatez y que actúen en derecho. Y que tengan en cuenta, recordatorio final, que somos animales no solo sintientes, sino pensantes. Muchas gracias por su amable atención.
Cordialmente,
Ricardo López Solano
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